El Cairo, 26 jul (EFE).- Los egipcios salieron a las calles del país en varias protestas a favor y en contra del golpe militar que el pasado día 3 derrocó al jefe del Estado, el islamista Mohamed Morsi, contra quien un juez dictó hoy prisión preventiva por varios cargos.
Tras el rezo musulmán del mediodía del viernes, una de las concentraciones más numerosas fue en la plaza de Rabea al Adauiya, donde los seguidores de Morsi mantienen una acampada, para manifestar su apoyo al depuesto mandatario, retenido por los militares desde el mismo día del golpe.
Según pudo constatar Efe, decenas de miles de personas abarrotaron la plaza, situada en el barrio cairota de Ciudad Naser, para desafiar el ultimátum dado por las fuerzas armadas ayer y que expiró este mediodía para “unirse a las filas de la patria”.
En los accesos al lugar, había decenas de voluntarios pertrechados con improvisados escudos con la bandera de Egipto y con palos de madera, además de llevar el pecho protegido con almohadillas.
Junto al escenario montado en la plaza, se encontraba el influyente clérigo islamista Safuat al Higazi, sobre el que pesan dos órdenes de arresto por su supuesta implicación en los actos violentos de las últimas semanas.
Al Higazi dijo a Efe que el ultimátum dado por las fuerzas armadas no les importa nada.
“No nos interesa, como si no lo hubiéramos oído. El Consejo Militar y (el jefe del Ejército) Abdel Fatah al Sisi se han vuelto locos por la sangre que quieren derramar”, aseguró.
Al Higazi, que no tiene intención de entregarse a la justicia, señaló que los seguidores de Morsi no van a moverse de Rabea al Adauiya: “Les desafiamos a que vengan a matarnos y a desmantelar la protesta. Nosotros ni mataremos a nadie ni resistiremos”, subrayó.
Cerca de la mezquita homónima se encontraba el profesor de Alejandría Abdel Hamid Hasan, de 36 años, que lleva acampado en el lugar desde hace 24 días.
“Hemos venido aquí para pedir la vuelta del presidente elegido, legítimo y único, Mohamed Morsi”, dijo a Efe Hasan, quien subrayó que no tienen otra vía para conseguirlo que la de “la protesta pacífica en todas las plazas de Egipto”.
Muchos de los islamistas que se concentraban en la plaza, entre ellos hombres con barba y mujeres con niqab (velo que cubre la cara), iban equipados con banderas egipcias y con fotografías de Morsi.
Mientras, en otro punto de la capital, en la plaza Tahrir, en el centro, transcurría la protesta de quienes apoyan la acción de las fuerzas armadas contra el depuesto presidente.
A primera hora de la tarde había miles de personas en la plaza para dar su respaldo al ejército, cuyo jefe, Al Sisi, instó hace dos días a los ciudadanos a manifestarse para apoyar a las fuerzas armadas y la policía en la lucha contra la violencia.
Los accesos al lugar estaban controlado por soldados, que han mandado tanques, y refuerzos de la policía, según pudo comprobar Efe.
Allí, las fotos de Morsi fueron sustituidas por las de Al Sisi, considerado casi como un héroe por los ciudadanos contrarios a Morsi.
Hana, un ama de casa de 40 años, que acudió junto a su marido a Tahrir, consideró que el ejército con su ultimátum “no quiere asustar a nadie porque es un plazo para decir ‘no’ a la violencia y al terrorismo”.
“Hemos venido hoy a decirle al mundo que los egipcios son quienes han decidido que Morsi no es competente para ser nuestro presidente, porque es el presidente de una sola facción”, señaló Hana.
A lo largo de la tarde, se espera que el número de congregados en Tahrir aumente ya que hay convocadas varias marchas desde distintos puntos de El Cairo en dirección a la plaza.
Estas manifestaciones han sido organizadas, entre otros, por el grupo “Tamarrud” (rebelión), instigador de las protestas que pedían elecciones anticipadas el pasado 30 de junio, y el Frente de Salvación Nacional.
Esta mañana, un juez ordenó prisión preventiva durante quince días para Morsi por supuestamente contactar con el grupo islamista palestino Hamás para perpetrar “acciones enemigas contra el país” y asesinar y secuestrar a oficiales de la policías y presos, y de asaltar e incendiar la cárcel de Wadi Natrun, al norte de El Cairo. EFE